El olor a hena perturbaba el
entorno, note un sabor ferroso goteándome por la cara, extraña sensación que abría
mi apetito. Un tacto frio me saco de aquel agujero oscuro. Desorientado, débil,
humano.
Aun así, mis oídos apreciaron
unas palabras, las primeras de mi vida.
-Señora
su hijo tiene un grave problema, su hijo ha nacido con una bomba en el
pecho………..
acabará muerto.-
Me desmaye.